Después de realizar el diagnóstico participativo, que ayuda a conocer en detalle el estado de la cuenca y la manera como se relacionan los múltiples factores que en ella intervienen (sociales, culturales, económicos y políticos), el paso siguiente es aprovechar la información obtenida para llegar a la acción, mediante la planeación participativa.
Como instrumento, la planeación para el manejo de la microcuenca se resume como una serie de acciones pensadas para la protección y aprovechamiento responsable de todos los elementos naturales de la microcuenca y de la biodiversidad que allí habita. Estas acciones se orientan a solucionar los problemáticas ambientales encontradas en el diagnóstico, a potenciar las posibilidades de desarrollo sostenible y sobre todo a generar lazos de trabajo colectivo.
SOÑANDO EL PORVENIR.
Cristalina, Cafeterito, don Comunero y Linda Flor están listos para la acción. Después de realizar muy juiciosos el diagnóstico de la microcuenca y de haber ubicado en el mapa todos los elementos significativos del territorio, adelantan un segundo momento de trabajo: la planeación participativa.
Como saben que la información es útil si ayuda a tomar decisiones, los representantes de las diferentes zonas de El Porvenir tienen claro ya el estado en el que se encuentra la microcuenca. La tarea ahora es pensar acciones concretas que les ayuden a transformar el estado actual, para lograr un territorio que asegure el bienestar y felicidad de las generaciones presentes y futuras.
Al igual que en el ejercicio de diagnóstico, los representantes de cada sector de El Porvenir presentaremos propuestas según las características del lugar que habitamos, agrupándolas en cuatro grandes temas: Manejo de bosques y suelo, producción agropecuaria, aprovechamiento sostenible del agua y gestión comunitaria.