El diagnostico participativo y los acuerdos comunitarios::aprendamos juntos como estamos el porvenir

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El diagnóstico participativo es un instrumento que ayuda a identificar los problemas y potencialidades del territorio, en un ejercicio que se realiza de manera conjunta para contrastar los puntos de vista de todos los integrantes de la comunidad.

En el diagnóstico a partir de las vivencias propias, de la observación del entorno y del encuentro de las visiones de múltiples actores sociales, se conocen de manera detallada los hechos, para saber qué ha pasado y qué pasa actualmente; los personajes para conocer quiénes tienen que ver con las situaciones diagnosticadas (beneficiarios, afectados, causantes) y los tiempos que permiten establecer cuándo han ocurrido los eventos, cuál es su duración y periodicidad. (Ministerio del Medio Ambiente, 2000).

Aunque el diagnóstico trabaja con el pasado para conocer las transformaciones que han ocurrido en el entorno y con el presente al establecer una radiografía de la actualidad, la gran potencialidad del ejercicio está en la posibilidad de acordar colectivamente acciones para mejorar el territorio en el futuro.

Para la protección y cuidado de la microcuenca, los diagnósticos ambientales participativos resultan de gran utilidad porque permiten:

  • Generar espacios de encuentro con todos los actores sociales que, de alguna manera inciden en el territorio.
  • Revisar el estado de los elementos naturales que se encuentran en todas las zonas geográficas que conforman la microcuenca y la manera cómo se relacionan.
  • Propiciar el intercambio de conocimiento para desarrollar una mirada territorial crítica.
  • Identificar las problemáticas ambientales y sus posibles soluciones.
  • Reconocer saberes locales sobre el manejo y cuidado del agua.
  • Identificar redes de acción.
  • Planear acciones con base en hechos reales cuantificados y con la percepción de los actores involucrados.
  • Realizar acuerdos comunitarios con el fin de intervenir sobre las problemáticas.


Caminar disfrutando los aromas del bosque, sentir la frescura del agua en movimiento, escuchar las historias de los mayores... de este modo ha conocido Cristalina ese hogar que la vida le ha regalado en El Porvenir. Sin embargo, como tutora del SAT, Ella sabe que el conocimiento de una sola persona es valioso, pero que sumado con el de los demás el saber compartido tiene el poder de la transformación, porque potencia el trabajo comunitario que suma muchas visiones sobre un mismo territorio.

Por esta razón, después de observar las diferentes zonas que conforman la microcuenca, Cristalina ha convocado a muchos actores sociales que habitan allí: comunidad, estudiantes y organizaciones, para que juntos elaboren un diagnóstico participativo en el que puedan apreciar los contrastes entre Monte Lindo, El Excelso y La Esperanza.

Las comisiones de trabajo están lideradas por Cafeterito, delegado de la Asociación Multiveredal de Agricultores- AMA, Don Comunero, residente de la Acción Comunal y Linda Flor, estudiante del SAT, quienes han trabajado mucho para documentar el estado de los elementos naturales, las problemáticas y las potencialidades que se presentan en la microcuenca El Porvenir.

Después de llevar a cabo su trabajo diagnóstico, los integrantes de las comisiones comparten los resultados de las indagaciones que han realizado en su propio territorio.