Para que las gallinas se desarrollen adecuadamente y se pueda obtener de ellas una buena producción de huevos, carne y pollitos, se les debe garantizar una zona de confort dentro del galpón, lo cual tiene relación directa con la temperatura, humedad y luminosidad.

Es por ello que temperaturas alrededor de 10 y 200C, delimita el estado ideal para que las aves estén a gusto. En temperaturas mayores las gallinas reducen el consumo de alimento y por lo tanto la producción y reproducción. La humedad relativa, es un factor ambiental que influye directamente sobre la respiración, por lo tanto, esta debe estar dentro del 50 al 70%, esto se logra evitando humedades excesivas en las camas, originada por las heces o por goteras de los techos o bebederos. Como prácticas de manejo, se debe controlar el escape de agua y estar constantemente volteando las camas para evitar acumulación de humedad y gases que originan malos olores dentro del gallinero.

La ventilación natural es el medio para controlar la temperatura, humedad y garantizar la pureza del aire dentro del galpón. Influenciada directamente, por las corrientes de aire, es por esto que el manejo de las cortinas, se hace necesario de acuerdo a las condiciones ambientales presentes.