Reflexionemos acerca de la experiencia que hemos vivido a partir del momento en que las computadoras empezaron a ser parte de nuestra cotidianidad en el Modelo Tutorial:
A continuación vamos a leer una pequeña historia, de los primeros momentos de la llegada de la computadora a una vereda de Boyacá.
Apenas un primer paso
Estaban dispuestas a hacer lo que fuera para conseguirlo. Así lo habían decidido desde el día que con Sandra y Nancy habían trabajado todo un día con él. No les importaban las burlas de sus compañeros quienes las veían como "las polillas revoltosas", pero que en el fondo sabían que cuando a ellas algo se les metía en la cabeza no había poder humano capaz de hacerlas desistir. Pero sí les importaba, y mucho, la actitud de Don Miguelito quien parecía muy reacio a secundarlas.
No tenían ni idea por dónde empezar, pero ya se les ocurriría. Quique decía que se hace camino al andar, entonces había que empezar a caminar, sabiendo, claro está, para donde iban. Pero no querían caminar solas. El camino es más llevadero cuando uno va acompañado. Eso lo habían vivido en carne propia cuando fueron en peregrinación a Chiquinquirá; además, habían aprendido la importancia de tener un guía y de planear muy bien las etapas. Entonces tenían que convencer a don Miguelito.
Tantos años y tantas luchas para conseguir cada cosa que necesitaban en la vereda, como el acueducto, la luz eléctrica, la escuela, la carretera, le habían enseñado a don Miguelito que cada cosa tenía su lugar y su momento. Por eso cuando las "polillas" le hablaron con tanto entusiasmo de la computadora para el grupo, como era su costumbre, se tomó las cosas con calma. ¿Qué problemas les iba a ayudar
a resolver una computadora? ¿No sería un embeleco de los muchachos para parecerse a los del pueblo? ¿No sería una manera de escapar de los oficios del campo? ¿Acaso la computadora servía para preparar un terreno, para sembrar la papa, para cosecharla, o para venderla?
Las preguntas de don Miguelito las hicieron pensar, pero no desistir de su intento. Para ellas era claro que la computadora no iba a hacer los oficios del campo; ellas tendrían que seguir madrugando a ordeñar las vacas, a llevarlas al potrero, a darles de comer a las gallinas, a hacer las arepas. Aunque no pudieran explicar muy bien los beneficios que les traería el aparato, sabían que podía servirles para escribir cartas, informes, tareas, proyectos; quizá para hacer un periódico o boletín para compartir con la comunidad cosas que aprendían en el grupo del Modelo Turorial; podrían consultar informaciones, por ejemplo sobre técnicas de cultivo o sobre cría de animales; que podrían organizar lo que iban aprendiendo sobre su comunidad; además es posible que les ayudara en sus clases de matemáticas o de ciencias.
Cuando en medio de otras propagandas alguien dijo "Computadores para Educar" el corazón casi se les paraliza; pero siguió la telenovela y no volvieron a decir nada. Seguro que Nancy sabía de qué se trataba y si no sabía averiguaría; al fin de cuentas ella era su tutora y era quien primero les había mostrado las posibilidades de la computadora. Sin duda aparecía una luz en el camino.
Con las noticias que les trajo Nancy empezaron el largo recorrido; no se habían imaginado todos los trámites que tendrían que hacer, tampoco los tropiezos que aparecerían, ni todo el tiempo que habría que esperar. A Dios gracias muchos se empezaron a unir a la causa y cada vez fueron menos los incrédulos.
No esperaban que precisamente Don Miguelito fuera quien ante la noticia de la llegada de la computadora se mostrara el más entusiasta, ofreciera el espacio para instalarla y se dedicara con todo el esmero a preparar el lugar y el ánimo de todo el mundo para recibirla. Ahora era él quien explicaba con entusiasmo los beneficios que podía traer el aparato, aclarando que "una golondrina no hace verano" y que tendrían
que conseguir más computadoras y que más tarde habría que conseguir una buena conexión a Internet pues había averiguado lo que significaba la Red y que era posible que los jóvenes de la vereda estudiaran carreras universitarias por este medio. Las "polillas" no sabían a qué hora ni cómo era que Don Miguelito había averiguado todo eso, pero estaban seguras de que él había mirado más lejos y que ellas, con sus escasos trece años, y él, con más de sesenta, hacían un buen equipo.
Ahora vamos a reunirnos con nuestros compañeros de clase y vamos a pensar con base a lo leído anteriormente la llegada de la computadora a nuestra vereda y como fue la reacción de las personas, y el cambio del contexto mediante la llegada del equipo.
Después de conversar con nuestros compañeros y analizar esa situación, escribimos un pequeño ensayo en la computadora de grupo. Recogiendo los aportes de cada estudiante.