El agua es un recurso de gran importancia para el planeta, es fuente de vida. Para que los humanos, todos los seres vivos y los ecosistemas prosperen, el agua debe permanecer limpia y lo más importante, debe estar al alcance de todos.
Aproximadamente el 97% del agua de nuestro planeta es salina, es la de los mares y océanos; apenas 3% del agua total es agua dulce y de esa cantidad un poco más de dos terceras partes se encuentra congelada en glaciares, polos y altas montañas. La disponibilidad de agua limpia, no contaminada, está disminuyendo de manera constante.
En muchas partes del mundo, la demanda por agua dulce ya es mayor que el agua disponible; a medida que aumenta la población mundial, así también aumenta la demanda de agua.
Los páramos en Colombia cubren casi el 1,7% del territorio y suministran el agua dulce a aproximadamente el 70 % de la población; por eso, CUIDARLOS ES RESPONSABILIDAD DE TODOS.
Debido a la importancia del agua para la vida de todos los seres vivos, y dado el aumento de las necesidades de su uso para el desarrollo de la humanidad, el hombre está en la obligación de proteger este recurso, evitando la contaminación de las fuentes hídricas y tratando las aguas utilizadas por las poblaciones y por la industria. De estos ecosistemas naturales depende nuestra vida como especie y una vez han sido intervenidos es muy difícil recuperarlos.
Entonces, debemos cuidar el agua desde sus fuentes y sabiendo cómo disponer las aguas ya utilizadas o servidas, porque:
-Ejemplo de un manejo inadecuado, es el vertimiento de aguas servidas al suelo o a las fuentes de agua cercanas a la vivienda, pues contamina el agua para quienes la deben utilizar aguas abajo. El mismo problema lo generan quienes teniendo pozos sépticos no los utilizan porque no se los han enseñado a instalar y a utilizar.