En el Páramo de Santa Inés, nacen tres ríos y 80 quebradas. Es un gran potencial para el depósito y almacenamiento temporal del agua dulce que consumimos, para los diferentes usos domésticos, riego de cultivos y la industria, así como también para la generación de energía hidroeléctrica.

Es un sistema estratégico debido a su densa red hidrológica, que proporciona agua dulce aproximadamente a 64 mil habitantes de las zonas rurales de once municipios, y 980 mil habitantes del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Es decir, aporta entre el 60 y 70% del total del agua que se consume en la capital antioqueña.

Debemos cuidar el agua y el páramo como un todo porque:

• El páramo Santa Inés brinda un bien ambiental básico para el desarrollo de la región como es el agua, requerida por la población residente, para el desarrollo de actividades productivas como son la agricultura, la ganadería (en las zonas permitidas alejadas del páramo), la recreación (debidamente regulada) y para el uso doméstico.

• El ecosistema de páramos y bosques alto andinos funciona como un regulador de la cantidad de agua y oxígeno, genera aire puro, es regulador del clima y la temperatura, pulmón del territorio que lo circunda.

• Es protector de la biodiversidad, importante además por la variedad de fauna y flora que alberga, es un laboratorio de vida.

• Es fuente de materia prima, agua, bosques, madera, contribuyendo al desarrollo de las actividades económicas y productivas. Una situación adversa para las comunidades que lo habitan hoy, es la presencia de una especie de puma depredador de los animales domésticos; la comunidad solicita atención de la autoridad ambiental para su control.