Especies endémicas

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Las especies endémicas se refieren a la flora y la fauna propias de un espacio geográfico determinado, que dadas las condiciones ambientales de dicho lugar sólo pueden reproducirse allí.

El endemismo puede considerarse dentro de un abanico muy amplio de escalas geográficas. Así, un organismo puede ser endémico de una cima montañosa o un lago, de una cordillera o un sistema fluvial, de una isla, de un país o incluso de un continente. Normalmente el concepto se aplica a especies, pero también puede usarse como subespecies, variedades, géneros, familias,... etc.

En este sentido destaca Madagascar; todos sus anfibios son endémicos, el 90 % de sus reptiles (la mitad de las especies de camaleones del planeta), el 55 % de sus mamíferos (como los lémures y los fosas) y el 50 % de sus aves son endémicas, y aproximadamente el 80 % de sus plantas no habitan en ninguna otra región del mundo.

Los páramos son considerados como uno de los biomas estratégicos y a la vez, uno de los más vulnerables en la cual se contraponen altos grados de biodiversidad y endemismo con factores críticos de amenaza.


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El páramo forma parte de la región Andina, la cadena montañosa más extensa del mundo y, a la vez, uno de los ecosistemas con mayor afectación antrópica del continente. A pesar de su topografía abrupta, las condiciones climáticas de las cordilleras han resultado bastante favorables para el establecimiento de la mayor cantidad de la población humana, lo que ha provocado la disminución progresiva de escenarios naturales por la adecuación de tierras para sistemas agropecuarios y por la expansión de las ciudades. La deforestación, el ascenso del límite de la agricultura, el pastoreo y las quemas son los problemas más graves que enfrentan los ecosistemas de alta montaña en Colombia. Actividades como la cacería han contribuido a la disminución de poblaciones de animales grandes como dantas, osos, cóndores y venados, mientras prácticas locales como el turismo mal dirigido, la minería, los cultivos ilícitos y las fumigaciones con glifosato, también contribuyen a la degradación del ecosistema. A escala global el cambio climático es la principal amenaza.