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pasa por mi tráquea, sigue a través de mis bronquios y llega hasta mis pulmones. Una vez utilizado, el aire | pasa por mi tráquea, sigue a través de mis bronquios y llega hasta mis pulmones. Una vez utilizado, el aire | ||
sale de mis pulmones a través de mis bronquios. Sube por mi tráquea y sale de mi cuerpo por mi boca y mi | sale de mis pulmones a través de mis bronquios. Sube por mi tráquea y sale de mi cuerpo por mi boca y mi | ||
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mi cuerpo necesita el oxígeno para vivir. El aire que respiro contiene dióxido de carbono. Mi cuerpo | mi cuerpo necesita el oxígeno para vivir. El aire que respiro contiene dióxido de carbono. Mi cuerpo | ||
produce más dióxido de carbono del que necesita. Yo elimino el dióxido de carbono sobrante. | produce más dióxido de carbono del que necesita. Yo elimino el dióxido de carbono sobrante. | ||
− | Texto tomado de: María Cristina Martínez. Taller de Lectura y Escritura. Universidad del Valle, Cali, 1999. | + | Texto tomado de: María Cristina Martínez. Taller de Lectura y Escritura. Universidad del Valle, Cali, 1999.</big></big> |
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En la anterior sesión recreamos la experiencia común de los grupos del Modelo Tutorial que se vieron favorecidos con la instalación de computadores. Es admirable la manera en que los grupos le han ido encontrando cada vez más utilidad práctica a esta tecnología, tanto en su quehacer académico como en el trabajo comunitario.
En las sesiones que siguen —que están orientadas a
mejorar los procesos comunicativos, y por ende, los
de lectura y escritura—, vamos a procurar, cada vez
que sea posible, apoyarnos en las TIC. En este momento
tenemos que prescindir de la enorme contribución que
el uso de internet ofrece al fortalecimiento de las
capacidades lectora y escritora, aunque seguramente
la recursividad que caracteriza a los tutores del Modelo Tutorial
les llevará a encontrar un servicio oportuno en el
pueblo.
En los últimos tiempos se han producido variaciones
fundamentales en torno a cómo se concibe la
enseñanza–aprendizaje de la lectura y la escritura. Se
plantea que estos no son procesos aislados sino
complementarios. Quien escribe debe tener presente
que el lector posee unas condiciones particulares que
se deben considerar para que el discurso pueda ser
comprendido. Esta interacción es la que se conoce
como situación de enunciación o de comunicación,
y es aplicable tanto al lenguaje oral como al escrito.
Analicemos el cuadro anterior. En el extremo a la
izquierda encontramos al enunciador (yo participante
conocido) quien posee una identidad sicosocial, un
estatus, y asume un rol determinado (educador, madre,
novia, empleada, gobernante, periodista, etc.) al
comunicarse. También cuenta con legitimidad para
enunciar determinado discurso a un determinado
público, y una intencionalidad clara.
En el extremo a la derecha encontramos al enuncia-
tario (tú participante conocido) quien posee las mismas
características del escritor o emisor del discurso, una
legitimidad y una intencionalidad. Así, entonces, entre
el enunciador y el enunciatario se lleva a cabo una
mirada evaluadora recíproca acerca del proceso
comunicativo.
Identifiquemos al escritor (yo participante) y al lector (tú participante) en el texto que sigue, explicando la respuesta.
Yo respiro por mi nariz y mi boca. El aire que respiro se limpia y se calienta en mi cavidad nasal. El aire
pasa por mi tráquea, sigue a través de mis bronquios y llega hasta mis pulmones. Una vez utilizado, el aire sale de mis pulmones a través de mis bronquios. Sube por mi tráquea y sale de mi cuerpo por mi boca y mi nariz. Cuando mi pecho se hincha entra el aire nuevo en mis pulmones. Cuando mi pecho se deshincha, el aire usado sale de mis pulmones. Debajo de mis pulmones tengo un músculo grande y muy fuerte. Se llama el diafragma. Mediante el diafragma mis pulmones aspiran el aire limpio y expulsan el aire usado. Alrededor de mis pulmones hay veinticuatro costillas y numerosos músculos. Las costillas y los músculos protegen los pulmones y les permiten moverse hacia arriba y hacia abajo, y de un lado a otro. Mis músculos y mis huesos me ayudan a respirar. En el aire que yo respiro hay oxígeno. El oxígeno es un gas. Yo no puedo ver, oler ni tocar el oxígeno. Pero mi cuerpo necesita el oxígeno para vivir. El aire que respiro contiene dióxido de carbono. Mi cuerpo produce más dióxido de carbono del que necesita. Yo elimino el dióxido de carbono sobrante. Texto tomado de: María Cristina Martínez. Taller de Lectura y Escritura. Universidad del Valle, Cali, 1999.
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